Un par de años después del desastre ecológico del Prestige aún quedaban unas 2.000 toneladas de las 70.000 iniciales, dentro de los tanques del petrolero. Los científicos encargados de la recuperación del hidrocarburo dieron a conocer la estrategia para disminuir aún más esta cifra: echar fertilizante.
En lo que este equipo estaba pensando era en biorremediación, uno de los campos más importantes de la biotecnología ambiental.
La biorremediación se basa en utilizar bacterias, hongos o plantas para retornar un ambiente alterado por contaminantes a su condición de equilibrio inicial. Podemos hablar tanto de biorremediación de suelos como de agua y según el caso y el contaminante se escoge un organismo u otro. La idea es aprovechar la capacidad que presentan algunos microorganismos o plantas para almacenar o descomponer sustancias tóxicas en otras más inocuas.
El ejemplo clásico es el de los vertidos de petróleo. A menudo en el entorno ya existen bacterias con capacidad de degradar hidrocarburos y sólo necesitan un “empujón”. Al añadir abonos que fomenten el crecimiento de estas bacterias aceleramos la descontaminación.
Hay casos en los que la contaminación es por metales, difícilmente degradables. La estrategia suele basarse entonces en la fitorremediación o remediación con plantas. Algunas variedades de plantas son capaces de tolerar niveles de metales bastante elevados. A través de sus raíces absorben gran parte de los metales que se encuentran en el suelo y los acumulan en su interior. Recolectando estas plantas y con una adecuada gestión de estos residuos vegetales evitamos que los metales entren de nuevo en el medio ambiente de una forma nociva. A veces incluso pueden extraerse del vegetal para reincorporarlos a la industria, lo que se conoce como fitominería.
La entrada de la ingeniería genética en este ámbito multiplica las posibilidades de súper-bacterias remediadoras. Por desgracia no multiplica la responsabilidad ambiental humana, por lo que remediar sí, pero prevenir, no tanto.
Biorremediación de aguas, por Casandra |
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